Pues antes de que lleguen los nuevos bloques del Sampler de Esperanza &Cía, o el de Anna Salom, por ejemplo, os voy a enseñar lo que hago yo con los bloques en los que me equivoco de medidas y no puedo utilizar en el trabajo:
¡¡¡¡¡TATATA-CHAN!!!!!

¡Pues sí!. ¡Es un cojín!. Y más gordito!. Claro que tiene poco uso aún.
EL COJÍN: Su Historia
Erase una vez una humilde aspirante a Quilter que se embarcó, sin saberlo, en una de las aventuras más apasionantes que se iban a suceder en su vida. Como ella era como era, se dijo: "Pues ahora le hago un tapiz a mi bella hijita, que ha cogido pelusilla cuando ha visto la mantita que le he hecho a su primito". Y. ni corta ni perezosa se lió la manta a la cabeza y empezó el tapiz para la bella heredera. La aspirante a Quilter no tenía ni pajolera idea de dónde se estaba metiendo, pero ahí siguió, erre que erre, y consiguió acabar el mini-quilt. Super orgullosa de su trabajo, lo enseñó con gran satisfacción a la bella tirana que le espetó: "Ama, que esto es muy pequeño y no me voy a poder tapar con éllllllll". Hundida y preocupada, la aspirante a quiltera se retiró a sus cuarteles de invierno (es decir, a la cocina) para pensar y repensar cómo continuar la obra, pues ya no tenía patrones y tampoco telas iguales o semejantes. El Costillo de la aspirante la notó un poco ausente y le preguntó por sus cuitas (¡ésto sí que era raro-raro!). Después de abrirle su corazón, la aspirante a quiltera oyó decir a su Costillo: "Menuda elementa que tenemos". La aspirante a quiltera pensó que ahí iba a quedar todo, pero se sorprendió aún más cuando el costillo siguió hablando (y no de fútbol) para decirle: "Tanquila, cari, que tú puedes hacer eso y más. Hazte tu misma los patrones". ¡Hala, que idea!. Y la aspirante le hizo caso y empezó a buscar y rebuscar ideas y se sacó ella solita los patrones de unos bloques para hacer un Sampler, por que a estas alturas ya sabía lo que significaba esa palabra. Y luego se puso a cortar piezas UNA POR UNA, y a ensamblar UNA POR UNA (todavía no tenía el cutter circular. De hecho, no sabía ni que aspecto tenía). Y con la inestimable ayuda de la Quiltera Mayor del Reino, Angelines Artero, aprendió que cada costura iba para según que lado, entre otras riquísimas aportaciones.
En fin, que cuando la aspirante a quilter tuvo unas cuantas almazuelas más, fue a comprobar cómo las iba a montar para sequir haciendo otras hasta completar la dichosa manta de la Bella Elementa, y.... ¡Por la Aguja de Oro!, ¡que ésto no cuadra!.
Las había hecho unos 2 cms. más pequeñas. snif, snif, más snif. ¿Que podía hacer ahora?. Ya sí que sería dificil encontrar más telas iguales o similares. Y encima, con 4 bloques la mar de monos que iban hacia un futuro incierto.
"Pues como aquí no se tira ni los recortes de las telas, estos 4 hermosos bloques los convierto en un superchuli cojín para que la Bella Elementa lea con comodidad en su camita antes de dormir". Ahora que había descubierto el placer por la lectura sería posible que le hiciera ilu el cojín!. Y si no era así tirariamos el cojín junto con la Elementa y el mini-quilt sin acabar. ¡Lote completo!.
Pero a la Bella Elementa le encantó el Cojín -para-leer!. ¡La aspirante a quiltera respiró por fin!. ¡El Costillo cree que su Contraria vale mucho!, y ¡todos felices!.
Menos el mini-quilt, que lleva un año en un cajón.
Pero eso será otra historia.
Si os ha gustado el cojín, me alegraré.
Si os ha gustado el cuento, me alegraré.
Si os ha gustado el cojín y el cuento, me alegraré doblemente.
Si no os ha gustado ni el cojín ni el cuento, ¿que haceis todavía leyendo ésto?. ¡Andando a hacer otras cosas!
Besotes miles.
Nanny en Bilbao